lunes, 15 de abril de 2013

20 hábitos que engordan

Hoy os traigo una serie de costumbres que pueden hacernos engordar de manera inconsciente, mitos y realidades, vamos a ello.

1. Comer haciendo otra cosa.
Ya sea ver la televisión, seguir trabajando, estar delante del ordenador, etc. La atención se dirige hacia otro objetivo y la sensación de saciedad se ve disminuida, lo que hace que pasemos más hambre durante el día. Cuando comamos, debemos estar pendientes de ello, masticando de manera consciente, así conseguimos saciarnos más.



2. Servir en platos grandes.
Evidentemente, cabe más cantidad, y las raciones son más grandes. Si solamente llenas la mitad, el cerebro interpreta que le falta media ración y te quedas con hambre. 
Lo mejor es usar platos pequeños, así se pueden llenar, la sensación óptica hace que sintamos plenitud, y cabe menos comida.

3. Dejar las sobras a la vista.


Lo mejor es recoger la comida que sobra en cuanto se termina de comer. Si se deja la comida a la vista nos da la sensación de que aún no hemos terminado, con lo cual seguimos picoteando.

4. Cocinar siempre a la plancha aburre.
Si cocinamos habitualmente de la misma manera, la dieta aburre. Consiste en echarle imaginación y poco aceite. Podemos cocinar con técnicas de cocción más ligeras (wok, vapor, papillote).

5. Pensar que si el producto es light 'adelgaza'.


La forma de saber si realmente 'engorda' o no, es leer la información nutricional (calorías, grasas, etc). Si quieres darte un capricho, mejor consumirlo en su versión original, así somos conscientes de que es un extra y le damos el valor que merece.

6. Recortar nutrientes de la dieta.
Lo que tenemos que restar para adelgazar son calorías, y no nutrientes. Están muy de moda las dietas que restan, por ejemplo, hidratos de carbono o grasas (proximamente hablaremos mejor de todo esto).

Los hidratos son la principal fuente de energía de nuestro organismo, además nos convienen los de absorción lenta (cereales integrales, verduras, legumbres, frutas, etc) porque son saciantes y retrasan la sensación de hambre.

Las grasas también son indispensables para nuestro correcto funcionamiento, aunque debemos dar prioridad al aceite de oliva y evitar las grasas saturadas (lácteos enteros, bollería industrial, embutidos, etc).

7. No desayunar.


No deberíamos salir de casa sin desayunar. Es la comida más importante, debiendo sumar el 25 % de las calorías totales del día.

Podemos intentar poner el despertador 15 min antes por la mañana; tras dos semanas desayunando, habremos cogido el hábito.

Si no comemos nada, llegamos a media mañana con hambre acumulado, comemos más y cosas menos saludables.

8. Evitar la cena.
La cena es fundamental para mantener los niveles de glucosa durante la noche. Si nos la saltamos, alteramos el ritmo del cuerpo, al estar hasta 12 horas sin comer nada. Esto hace que nos levantemos con sensación de cansancio, agotamiento, mareos, y mucha hambre en algunos casos.

En general, no debemos saltarnos ninguna comida, realizando incluso 5 al día (desayuno, tentempié media mañana, comida, merienda y cena)

9. No leer las etiquetas de los productos.
Puedes pensar que estás comprando muy sano y que en realidad no sea así. Hay alimentos con más grasas de las que crees, o más azúcares.

Cuando vuelvas al supermercado compara por ejemplo dos cajas de cereales, una de copos normales azucarados, y otra cualquiera de los que se supone engordan menos; en muchos casos estos últimos tienen más calorías por 100 gr, más grasas saturadas y más azúcares.

Es muy importante coger esta costumbre, así llegará un momento en el cual sabremos diferenciar lo que es normal y lo que no, y lo que más nos conviene.

10. Dormir poco.


A menos horas dormimos, más hambre tenemos, reducimos el gasto energético, y el cuerpo almacena más grasas. Además, segregamos más cortisol, la hormona del estrés, que generalmente provoca que comamos más.

11. Pesarse cada día.
Como comentamos en el post anterior, desanima. Es suficiente con una vez a la semana a la misma hora. Si no lo hacemos así podemos ver como el peso sube, simplemente por no haber descansado bien un día, haber retenido más líquidos, o no haber ido al baño.

12. Pasar muchas horas sin comer.
Hay que comer cada 3-4 horas para mantener el metabolismo activo. Si mantenemos el ayuno, el cuerpo interpreta que debe 'ahorrar', con lo cual quema menos grasas y las almacena.

13. Comer poca verdura.


Las verduras son diuréticas, depurativas y contienen fibra, son saciantes y evitan que comamos otros alimentos menos saludables.

14. Comer precocinados.


Un plato precocinado puede tener hasta 9 veces más niveles de sal que los que cocinamos en casa, lo que hace que retengamos más líquidos.

En su etiqueta podrás ver que son más ricos en grasas, en calorías, y pobres en nutrientes.

Gran parte del aumento de la obesidad en países como España es por el consumo de estos alimentos, por el poco tiempo que empleamos en prepararlos.

Si lo pensamos, nos ocupa el mismo tiempo preparar una ensalada que venga ya cortada en su bolsa, que en preparar una pizza en el microondas.
   
15. No comer pan.


Una vez más, la importancia de los hidratos de carbono. El pan proporciona sensación de saciedad, y es muy importante para conseguir mantener una dieta y no abandonarla.

Eso sí, mejor en su versión integral porque aporta más fibra.
 
16. No beber lo que se necesita.


No por beber más agua retenemos más líquidos, sino todo lo contrario. Beber 1'5 o 2 litros al día nos ayuda a no retenerlos.

Además, el agua llena el estómago y tiene 0 calorías; es cierto que por sí sola no adelgaza, pero nos ayuda, por ejemplo, tomando un vaso 15 min antes de comer, ya que nos 'llena' antes, haciendo que comamos menos.

También podemos tomarla en infusiones, añadiendo además el efecto de estas.
 
17. Elegir mal el primer plato.
Si tomamos un caldo caliente o una sopa puede significar una pérdida de hasta un par de kilos al mes.

Con esto evitamos beber toda el agua que comentábamos antes, añadimos efecto diurético, y además, los líquidos calientes producen mayor sensación saciante.


18. Dejar de tomar postre.


Una fruta o yogur son la mejor opción, aunque podemos permitirnos caprichos puntuales. 

19. Beber refrescos.
Los refrescos son muy ricos en azúcar; si los consumimos, provocamos una gran subida de glucosa, con su posterior caída rápida, que hace que tengamos la necesidad irresistible de picar algo.

Lo mejor es optar por tomar agua o infusiones, aunque podemos tomar de manera excepcional refrescos light pobres en azúcar.
 
20. Querer perder mucho peso en poco tiempo.
Una dieta rápida puede funcionar y hacernos adelgazar los kilos que queríamos de manera rápida, pero al volver a la vida normal, se recuperan los hábitos anteriores a la dieta, porque no nos ha dado tiempo a adquirir los nuevos, con lo cual recuperamos el peso anterior, e incluso lo superamos si hemos pasado mucha hambre.

Seguro que me dejo muchos más, pero me han parecido los más importantes. Espero que os sirva. Un saludo y gracias de nuevo por pasar ;)



6 comentarios:

  1. Muy buen post y muy buen blog, sí señor!
    Muchas gracias! :-)

    Te sigo.
    Muacka!

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  2. me gusta mucho mtus consejos.... te sigo..

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  3. Muchas gracias chicas! Si teneis sugerencias para nuevos post no dudeis en poneros en contacto conmigo, gracias por seguirme ;)

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  4. Me quedo por aqui, que me hacen falta tus consejitos ;) un saludo!

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  5. Uh!!! me declaro culpable de más de la mitad de los puntos!! qué mal :S
    Te sigo!

    Sabri
    Una nerd en rehabilitación www.unanerdenrehab.com.ar

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